El Montañés representa el grado máximo de perfección que alcanzó la arquitectura naval española, pudiendo comparar nuestros navíos con los del resto de marinas del mundo. Este navío no llevó como mascarón el león real sino la figura de un Montanés en agradecimiento a los montañeses por su aportación económica realizada para su construcción. El barco fue botado en El Ferrol el 14 de mayo de 1794. Se dijo de él que sus propiedades eran extraordinarias tanto navegando de bolina, a un largo o en popa, y que mantenía más que ningún otro navío sus baterías fuera del agua. Combatió en diversas misiones, entre ellas Trafalgar llevando una artillería de 76 cañones y 4 carronadas con obuses colocados en la toldilla. El 6 de marzo de 1810, debido a un violento temporal, se hundió frente a la bahía de Cádiz.
Referencias específicas