El Diablo se fabricó entre 1990 y 2001. Durante este período, se desarrollaron diversas variantes del concepto Diablo, siendo la primera el Diablo VT (Visco Traction), con tracción total. Este nuevo superdeportivo, ancho, bajo y futurista, estaba destinado a convertirse en el digno sucesor de los famosos Miura y Countach. Y al igual que sus predecesores, el Diablo se convirtió rápidamente en uno de los favoritos de los aficionados a los coches de todo el mundo. Casi 3.000 unidades de todas las series y variantes encontraron a sus compradores durante sus once años de evolución. Los propietarios de Lamborghini deseaban una velocidad máxima de al menos 320 km/h, y los ingenieros hicieron realidad este deseo: con una velocidad máxima de 325 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos, el Diablo se alzó con la pole position en el segmento de los superdeportivos. Expresaba su potencia mediante tracción trasera y estaba equipado con un motor V12 de nuevo desarrollo. Cuatro válvulas por cilindro, una inyección multipunto controlada por ordenador y una cilindrada de 5,7 litros ayudaban a producir un máximo de 492 CV.