En 1829 el ferrocarril Liverpool-Manchester convocó en Rainhill un concurso para escoger la mejor locomotora para su línea. Entre cinco competidores, George Stephenson con su Rocket, resultó el vencedor.
Esta locomotora, que pesaba sólo 4.250 kg, tenía una caldera multitubular de gran eficacia para transferir el calor, siendo sus dimensiones en total de 1,82 m de largo y 1 m de diámetro.
Los cilindros, que estaban dispuestos en posición inclinada, movían pistones acoplados a las ruedas motrices de 1,44 m de diámetro, alcanzando una velocidad de 49 km/h.
Por sus características, la Rocket constituyó la primera locomotora útil y practica para transportar pasajeros y carga, abriendo una nueva época en la historia del transporte.
Referencias específicas